Definiciones

Bioplásticos/Biopolímeros

Los bioplásticos representan una amplia familia de materiales poliméricos biodegradables y/o basados en materias primas renovables.

Estos materiales constituyen una alternativa atractiva y sostenible a los materiales plásticos convencionales. Por un lado, el empleo de materias primas de origen natural permite reducir la dependencia de materiales de origen petroquímico y las emisiones de gases invernadero a la atmósfera al final de su vida útil (un 30-80% dependiendo del material y aplicación). Por otro lado, los materiales biodegradables ofrecen la posibilidad de ser gestionados de forma conjunta con la fracción orgánica de otros residuos. Por ejemplo, restos de alimentos.

Desde un punto de vista estructural los materiales biodegradables presentan ciertas limitaciones en cuanto a propiedades físicas, químicas y/o mecánicas. Por otro lado, su capacidad de producción actual es muy inferior a la de los materiales convencionales, reduciendo su potencial de sustitución e incrementando los costes del producto final, en ocasiones muy superiores a los de materiales convencionales.

Según el contexto, el prefijo “bio” identifica a diferentes tipos de materiales poliméricos:

  • Polímeros basados en materias primas renovables (Bio-based). Estos a su vez pueden ser de dos tipos
    • Naturales: polímeros naturales sintetizados por organismos vivos como los polisacáridos (almidón, celulosa), las proteínas y los polihidroxialcanoatos
    • Sintéticos: derivan de recursos renovables pero la conversión a polímeros se realiza mediante una transformación química. Dentro de este grupo se incluyen el PLA, el PE de origen natural (BIO-PE) y la poliamida 11 (BIO-PA) obtenida a partir del aceite de ricino
  • Polímeros biodegradables. En este contexto el prefijo “bio” se centra en la biodegradabilidad y la posibilidad de recuperación orgánica de los residuos. En esta ocasión el término biopolímero identifica a polímeros capaces de ser degradados aeróbica (en presencia de oxígeno) o anaeróbicamente (en ausencia de oxígeno) por la acción de microorganismos existentes en el medio de manera natural tales como las bacterias, hongos y/o algas.

En ocasiones el término “biodegradable” es sustituido por el término “compostable” a pesar de tener significados distintos. A diferencia de un plástico biodegradable, un material compostable es aquel que experimenta degradación biológica durante la formación de compost para producir dióxido de carbono, agua, compuestos inorgánicos y biomasa, a una rapidez similar a otros materiales compostables, sin generar residuos distinguibles visualmente o residuos tóxicos. En otras palabras, un plástico compostable siempre es biodegradable mientras que un plástico biodegradable no siempre es compostable

La normativa Europea EN13432 resuelve muy bien esta posible confusión entre biodegradabilidad y compostabilidad ya que define que para que un material sea compostable debe biodegradarse al menos el 90% del material convirtiéndose en CO2, agua y biomasa bajo la acción de microorganismos dentro de un periodo máximo de 180 días aproximadamente a 60ºC

En resumen, los bioplásticos representan alrededor de un 1% de los más de 368 millones de toneladas de plástico producidas anualmente. Pero a medida que aumente la demanda, y con aplicaciones cada vez más sofisticadas y productos emergentes, el mercado de los bioplásticos estará continuamente creciendo y diversificándose. La producción global de bioplásticos se incrementará de 2,11 millones de toneladas en el año 2020 a unas 2,87 millones de toneladas en el 2025.